Nacido en 1833 en San Petersburgo, Alexander Borodin llegó al mundo como hijo ilegítimo de un príncipe georgiano, Luka Gedevanshvili, y de la joven rusa Evdokia Antonova. Sin el reconocimiento oficial de su padre, pero bajo su protección, Borodin fue dotado de una educación exquisita en humanidades, ciencias y artes, cultivándose en disciplinas que abarcaron tanto la medicina como la música. Aunque su talento como compositor era innegable, Borodin veía su obra musical como una pasión reservada al tiempo libre, refiriéndose a sí mismo, con humildad, como un “compositor de domingos” ...